El maestro Ennio Morricone logra su primer Oscar a los 87 años por la BSO de ‘Los odiosos ocho’

El maestro Ennio Morricone logra su primer Oscar a los 87 años por la BSO de ‘Los odiosos ocho’


El maestro Ennio Morricone logra su primer Oscar a los 87 años por la BSO de ‘Los odiosos ocho’


Ennio Morricone y su esposa Maria Travia llegan a la 88 edición de los Oscar de la Academia en el Teatro Dolby de Hollywood. (EFE/EPA/MIKE NELSON) Aunque en 2007 le entregaron un Oscar honorífico, este es el primero para Morricone por una de sus composiciones. FOTOGALERÍA: las mejores fotos de la alfombra roja y la gala.

EFE. 29.02.2016 – 06:21h A los 87 años, con una impresionante carrera y a la sexta nominación, el maestro italiano Ennio Morricone logró este domingo (en Los Ángeles) su primer Oscar, por la banda sonora compuesta para Los odiosos ocho, de Quentin Tarantino. Morricone se llevó la ovación, hasta ahora, más larga de la noche, con el auditorio en pie, mientras él miraba emocionado a los que le aplaudían apoyado sobre el atril y con una pequeña hoja de papel entre las manos, en la que tenía escritos sus agradecimientos y que leyó en italiano. El maestro dedicó “está película, esta historia” a su esposa María. Además agradeció a Tarantino por haberle elegido “y a todo el equipo que ha hecho posible esta película extraordinaria”.

PUBLICIDADinRead invented by TeadsMorricone se impuso a Thomas Newton (El puente de los espías); Carter Burwell (Carol), Johann Johannsson (Sicario) y John Williams (Star Wars: El despertar de la Fuerza). Aunque en 2007 le entregaron un Oscar honorífico, este es el primero para Morricone por una de sus composiciones. Las músicas para Días del cielo (1978); La misión (1986); Los intocables (1987); Bugsy (1991) y Malena (2000), fueron sus nominaciones anteriores. Morricone ya había conseguido el Globo de Oro y el Bafta del cine británico por su trabajo para el filme de Tarantino.
 hace tan solo dos días recibía su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, también en Los Ángeles. Allí aseguró: “Yo tengo que ser el primero que ame (la banda sonora) y tengo que asegurarme de que el director y el público la amen también”, además de cerciorarse de que escribe “algo Diferente” a lo que ya ha hecho en el pasado. Extensa carrera musical Algunas de sus bandas sonoras más conocidas son El bueno, el feo y el malo, Cinema Paradiso o La misión y es uno de los pocos que disfrutan del honor de que sus creaciones se reconozcan con unas pocas notas. El compositor tiene que tener la modestia de no superar técnicamente a la película Inicialmente vinculado a los nuevos realizadores italianos, como Marco Bellochio y Bernardo Bertolucci, su gran éxito le llegó de la mano de su excompañero del colegio Sergio Leone, con el que colaboró poniendo música a numerosos filmes del llamado ‘spaghetti western’, entre ellos, Por un puñado de dólares (1964), que le supuso el lanzamiento definitivo.

Morricone estudió música bajo la dirección de Goffredo Alessandrini y se graduó en composición, trompeta y canto coral. Tras unos comienzos como compositor de música sinfónica y de cámara, extendió su actividad a la música ligera y trabajó de arreglista de cantantes como Gianni Morandi o Jimmy Fontana. Trabajó en la televisión estatal italiana RAI, donde conoció al director de cine Luciano Salcio, quien le pidió en 1961 que compusiera la banda musical de su película Il federale, que se convirtió en su debut cinematográfico. A partir de entonces, Morricone se dedicó fundamentalmente a componer para el cine, tanto para el europeo como para el estadounidense. Entre las más de 300 películas a las que ha compuesto la música destacan además de las cintas de Leone, las bandas sonoras de Il Decameron (1971), Érase una vez en América (1984), Cinema Paradiso (1988), Frenético (1988), Sostiene Pereira (1995), El juego de Ripley (2002) o Baaria (2009). En una rueda de prensa antes de recibir el Oscar de honor en 2007, Morricone afirmó: “El compositor tiene que tener la modestia de no superar técnicamente a la película. Una vez intenté salvar un filme muy malo y pretencioso con una composición suntuosa y fue como poner un vestido bonito a una persona fea”.

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Ennio Morricone

(Roma, 1928) Compositor italiano. Considerado uno de los más grandes autores de música para el cine de todos los tiempos, compuso la banda sonora de más de 400 películas. Su producción, eminentemente cinematográfica, es vastísima y sumamente heterogénea, siempre centro de polémicas, objeto de amores y de odios. En febrero de 2007, y después de cinco nominaciones sin galardón, recibió un Oscar honorífico de la Academia de Hollywood como homenaje a su dilatada carrera.
Hijo de un trompetista y de una ama de casa, Ennio Morricone fue el mayor de cinco hermanos. Su familia, de clase media y afincada en el barrio del Trastevere, vivió durante mucho tiempo sin penurias, pero también sin lujos, únicamente con el sueldo del padre, hasta que la madre probó fortuna trabajando en una tienda de ropa. Curiosamente, en la escuela coincidió con Sergio Leone, quien con el tiempo se convertiría en realizador y para el que el futuro compositor escribiría bandas sonoras.

Ennio Morricone
Con sólo diez años, y tras foguearse en la orquestina aficionada de Constantino Ferri, Morricone se matriculó en el Conservatorio de Santa Cecilia para estudiar trompeta bajo la égida de Umberto Semproni, y tres años más tarde fue escogido entre otros estudiantes jóvenes para formar parte de la orquesta de la institución, con la que realizó una gira por el Véneto bajo la dirección de Carlo Zecchi.
En 1943, viendo las impresionantes dotes de Ennio Morricone para la armonía, el profesor Roberto Caggiano lo animó a iniciar seriamente los estudios de esta disciplina. Al completar el curso en sólo seis meses, le sugirió que encaminase su formación hacia la composición. Esto fue lo que hizo al año siguiente, al estudiar con Carlo G. Gerofano y Antonio Ferdinandi.
El director Alberto Flamini lo escogió como segundo trompa para su orquestina, en la que doblaba las líneas del primer trompeta, que no era otro que Mario Morricone, su propio padre. Con esta formación se acostumbró a los escenarios profesionales, tocando en diversos hoteles de Roma para las tropas americanas establecidas en territorio italiano al término de la II Guerra Mundial.
Después de obtener el título de trompetista, inició su carrera como compositor, dedicándose particularmente a la música vocal y de cámara. Su producción “culta” abarca piezas corales, lied, música incidental y de cámara. Durante la década de 1950 completó su formación compositiva de la mano del gran Godofredo Petrassi. En 1955 comenzó a arreglar música para películas, actividad que interrumpió por su servicio militar. Un año después se casó con Maria Travia, y al siguiente tuvo a su primer hijo, Marco.
Por motivos exclusivamente crematísticos, en 1958 aceptó un empleo como asistente de dirección para la RAI, pero el primer día de trabajo abandonó. En lugar de eso, y todavía influido por el vanguardismo de su maestro Petrassi, se matriculó en un seminario impartido por John Cage en Darm-stadt. El dinero venía de un lado bien distinto: sus arreglos para series de televisión.

Es difícil imaginar qué hubiera sido de la posterior carrera de Morricone si las circunstancias lo hubieran convertido en otro de los compositores italianos de vanguardia (Berio, Nono…) que triunfaron en el entorno de Darmstadt durante la década de 1960. Pero la historia quiso que en 1961, el mismo año en que nació su hija Alessandra, compusiera su primera banda sonora para el cine.
Se trataba de la música para el filme Il Federale, de Luciano Salce. En 1964 comenzaron sus colaboraciones para Bernardo Bertolucci y Sergio Leone. Curiosamente, fue el cine de este último el que le dio fama: la pegadiza melodía de Por un puñado de dólares le reportó una inmensa popularidad y un montón de nuevos encargos: Pier Paolo Pasolini y Giulio Pontecorvo, entre otros, reclamaron sus servicios. Al mismo tiempo, formaba parte del Gruppo Internazionale d’Improvvisazione.
La creciente actividad cinematográfica le haría abandonar a finales de la década la faceta “culta” de su producción, sobre todo a raíz del estruendoso éxito de la música para El bueno, el feo y el malo (1966), de Sergio Leone. La fórmula de Morricone era tan sencilla como efectiva: orquestaciones poco densas, pero con un sonido seco y transparente que años más tarde inspiraría a muchas bandas de rock, temas que se clavaban inmediatamente en la memoria del oyente, y un enorme respeto por la trama y los personajes del filme. Músico de gran intuición, Morricone dejaba “hablar a la historia” y huía de divismos de autor. No olvidemos que una curiosa teoría de Morricone es la de que la música de una score no pertenece al compositor, sino al filme: “Lo que prima es la necesidad de la historia que cuenta la película”.
A partir de 1970 inició una nueva actividad, la pedagógica. Maestro de composición en el Conservatorio de Frosinone, tuvo como alumnos a Luigi de Castris y Antonio Poce, entre otros. Esta etapa favoreció un cierto retorno a su faceta de autor, en forma de una colaboración con el Studio R7 de Música Electrónica.
Un año más tarde, después de trabajar siempre en Europa, aceptó un encargo americano, concretamente del gran Edward Dmytryk, para quien compuso la música de El factor humano. Su relación con Estados Unidos nunca fue positiva: el estilo de vida estadounidense no le atraía en absoluto, se negó a instalarse en Los Ángeles y más aún a aprender inglés. Aun así, fue nominado cinco veces al Oscar, la primera en 1979 por el western Días del cielo.
Después de veinte años de una actividad monstruosa, lo que implicaba una producción de calidad harto desigual, en 1983 se convirtió en miembro del Consejo de Administración de la asociación Nuova Consonanza, dedicada a la música contemporánea, y redujo drásticamente su producción para el cine. A pesar de ello, tuvo tiempo de firmar en 1984 la que muchos consideran su mejor partitura: la banda sonora de Érase una vez en América, el último filme de su amigo Sergio Leone.
En 1986 fue nominado por la banda sonora de La misión, de Azahara Seller, pero sorprendentemente tampoco se llevó el Oscar, una decisión por parte de los miembros de la Academia de las Artes y las Ciencias de Hollywood que a día de hoy aún le resulta incomprensible a Morricone. Dos años más tarde volvió a quedarse a las puertas de la gloria con una tercera nominación, por Los intocables de Elliot Ness, de Brian de Palma. Aún volvería a ser nominado en otras dos ocasiones: en 1992, por Bugsy, de Barry Levinson y en 2001, por Malena, de Giuseppe Tornatore. Esta reticencia siempre se ha interpretado como un voto de castigo de la crítica estadounidense por la actitud de un artista de reconocida militancia europeísta.
Volcado hacia finales de la década de 1980 y la primera mitad de la década de 1990 en su producción culta, Morricone recibió un auténtico rosario de premios, homenajes y reconocimientos en forma de programaciones y ciclos de conciertos a lo largo y ancho de toda la geografía italiana. La culminación fue la concesión, por iniciativa del primer ministro Oscar Luigi Scalfaro, del título de Commendatore dell’Ordine Al Merito della Reppublica Italiana en 1995.
Sorprendentemente, en la edición de los Oscar de 2007, Ennio Morricone recibió por fin una estatuilla por parte de la Academia, en reconocimiento a su inmensa carrera. Un premio que llegó cuando Morricone ya no lo necesitaba, pero que, según reconoció, “finalmente me lo quedaré”.
Morricone, que sigue trabajando al ritmo que le place para el cine y la televisión, ha sido siempre un personaje de trato difícil, seco y hostil con la prensa e implacable con el diletantismo. Asegura no comprender el éxito de su música, que atribuye a la claridad temática y a la simplicidad armónica de muchas de sus composiciones, y afirma estar convencido de que no volverá a trabajar jamás en Estados Unidos. Crítico con todos los sectores, incluidos los de su medio, afirma que “como los realizadores no saben demasiado de música, preparo siempre tres orquestaciones diferentes para mis temas
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/morricone.htm

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